martes, 5 de enero de 2016

Las Cuatro Gatas Sabias de Oriente

Miau bich@s!!! 
Cuentan las leyendas más antiguas, que una noche la diosa Inanna desde Eanna, su templo-palacio en Uruk, tuvo un sueño bastante extraño. Se le aparecieron unos gatos blancos luminosos y con alas que le advirtieron del nacimiento, en una tierra muy lejana, de una gata de nombre Bastet, y esta se convertiría en Diosa protectora de tod@s l@s gat@s del mundo. Para guiarse hasta el lugar del acontecimiento solo bastaba seguir una estrella que próximamente aparecería en los cielos.
Cuando Inanna despertó se reunió rápidamente con su suma sacerdotisa y sus astrólogos, les contó el sueño que había tenido, y estos últimos consultaron en los astros. Confirmaron que un acontecimiento trascendental ocurriría en algún lugar lejano de occidente, cuyo punto lo indicaría una gran estrella errante.

Entonces Inanna tomó una decisión, hizo llamar a su presencia a cuatro de las gatas más sabias de las muchas que vivían en su templo. Estas se llamaban Aziza, Bahiti, Fukayna y Habibah. Una vez en su presencia les hizo un encargo importantísimo. Tendrían que seguir una gran estrella errante hasta un lugar muy lejano en occidente, con la misión de proteger en su nombre a la recién nacida y su madre de los peligros del parto y ofrecerle unos presentes como ofrendas de afecto y adoración a la nueva Diosa.
En pocos días en el cielo apareció una gran estrella errante moviéndose hacia occidente, sin pérdida de tiempo las cuatro gatas elegidas, junto a sus pajes y todas sus ofrendas, se pusieron en marcha tras ella, contentas y animadas por la importancia de la misión encomendada.
Tras un viaje larguísimo, siempre tras la gran estrella errante, ésta les llevó hasta una lejana ciudad llamada Bubastis, donde la estrella se escondió en el cielo. Desaparecida su guía y pensando haber llegado al lugar predicho, empezaron a preguntar por los alrededores por el nacimiento de una gata extraordinaria.

Enseguida unos pastores que andaban cerca se mostraron dispuestos a guiarlas. A estos pastores se les habían aparecido también unos gatos blancos con alas que les habían anunciado el nacimiento e instado a ir a adorar a la Diosa. Todos juntos llegaron a un pequeño establo en las afueras de Bubastis, sobre un pequeño pesebre rodeado de camellos y mulas, se encontraron una gata grandísima y preciosa que se encontraba amamantando una pequeña gata negra recién nacida, que por su porte y brillo no cabía duda de que se trataba de Bastet.
Las cuatro gatas sabias, acompañadas de los pastores y sus pajes, se sentaron sobre sus patas traseras y levantaron sus manos delanteras a modo de adoración a la Diosa recién nacida, a continuación por orden fueron dándole las ofrendas simbólicas que traían preparadas:
  • En primer lugar Aziza le ofreció aceite de mirra, aceite de moringa y alheña como símbolo de belleza y salud.
  • En segundo lugar Bahiti le ofreció oro y plata como símbolo de fortuna y prosperidad.
  • En tercer lugar Fukayna le ofreció una colección de tablillas de astronomía sumeria como símbolo de inteligencia y sabiduría.
  • Y en cuarto y último lugar Habibah le ofreció incienso, hidromiel y leche como ofrenda de amor y vida eterna.
La pequeña Bastet contenta con sus regalos y la expectación que se había generado con su nacimiento sonrió y sacudió el establo con un fuerte maullido de agradecimiento, que fue seguido de una sinfonía de maullidos de todos los presentes. 
Bastet pequeñita © 2014 آدم. Licensed under CC-BY
Con el tiempo la Diosa Bastet se convirtió en la diosa principal de Bubastis desde donde dirigió su función de protección de l@s gat@s de todo el mundo y donde los habitantes humanos le ofrecieron culto hasta que la llegada del cristianismo llevó a su persecución y olvido debido a que lo consideraron perversamente como un culto pagano.
En cuanto a las cuatro gatas sabias Aziza, Bahiti, Fukayna y Habibah, permanecieron al lado de Bastet hasta que esta se hizo mayor, protegiéndola y enseñándola, velando siempre cada una según sus habilidades por su belleza, su fortuna, su inteligencia y su amor. Al llegar Bastet a su edad adulta ya no necesitó de sus servicios, así que las gatas sabias decidieron recorrer el mundo en nombre de Bastet para proteger a todos l@s gat@s en sus nacimiento, y una vez al año son las encargadas de trasportar por el mundo regalos y ofrendas a todos aquell@s gatit@s que se han portado bien.
El día afortunado es el 6 de enero, por la madrugada aprovechando que estamos durmiendo, se mueven sigilosas por los tejados y colándose por los sitios más recónditos, te van dejando los regalos que consideran que te mereces, para así por la mañana te lleves una grata sorpresa.
Bueno, me diréis que es una leyenda, pero yo todos los 6 de enero cuando me levanto por la mañana tengo algún regalito, vosotr@s veréis. 

Gracias Aziza, Bahiti, Fukayna y Habibah, mis Gatas Sabias de Oriente. Que sepáis que este año también me he portado muy bien.

Me ha inspirado este artículo.

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